domingo, 22 de febrero de 2009

apoloyais interiores

Creo que me estoy convirtiendo en alguien espantoso, lleno de ira incontrolable…por suerte (aunque hace unas horas era “por desgracia”), nadie me lee.
Rasgueé, bullí, proferí..verbos y verbos…
Se manifestó claramente Woody otra vez en tan poco tiempo….y cristalizaba los antedichos camuflado de otras gentes lo mismo que hoy denuncio públicamente pero en privado: quisiera elegir y ser feliz con esa elección!!!
Todos los woodis se planteaban la trascendencia del ser y del hacer, eternizarse en la memoria colectiva de los tiempos, la relatividad de las críticas y elogios del otro, la terrible exigencia propia, y hasta la repetida preocupación angustiosa…: lamento haber contestado tan mal a mi madre….
Si lo bueno es ser coherente con uno mismo y con los preceptos que se pre-establecen…entonces creo que va bien.
Si el compromiso hasta que la muerte nos separe y la prolongación en los hijos…también.
Si trabajar y ser remunerado…ok.
Si estar conforme y no preguntarse, ni cuestionarse, ni abrumarse….difícil, casi diría morrocotudo en blanco y negro.

escorpión ausente con aviso

Me pregunto porqué recibo tantos mails reenviados (que nunca leo y detesto ver en mi casilla de correo).
Lo que más me molesta es que hay personas a las que quiero mucho y de las cuales desearía recibir más que un FW aburrido (con títulos que todos los remitentes van cambiando) algo personal. Es estar comunicados en la total incomunicación. Hablar sin decir nada y obviamente no hay respuesta a la nada más que la nada.
Pierden el tiempo tratando de ser originales en la puesta titular pero no escriben ni un solo renglón personalizado…ni que hablar de los mensajitos de salutaciones impersonales que se reenvían indiscriminadamente… tardan más tiempo en despersonalizarlo para poder reenviarlo que en hacer algo para quienes ellos realmente consideren…ni siquiera es por el dinero! (que es la excusa más frecuente en estos días) escribir o reenviar sólo cuesta que te pongas a pensar un minuto en el destinatario.
Esta bronca no es sólo por los correos no deseados…es en realidad porque mi hombre trágico (yo en sentido genérico), se siente desubicado en tiempo y forma. Y no es solamente una situación virtual.
Padezco los sufrimientos y los horrores del mundo (muuuuy a mi pesar, no es que me haga la filántropa barata), pero a veces siento que es en vano. Que estoy sola. Que soy la única despierta a esta hora.
Y no de arrogante, sino de solitaria en la cruzada. De quién habla al viento sorteando tormentas de arena…clamando sin ver.
No leo, no escucho. ¿Alguien entiende? ¿Alguien está ahí?
Entonces pienso en priorizar el dinero y acobachar conocimiento….¡yo se algo que nadie sabe! (con tono de cuento de terror y en penumbras)
Pero no me sirve…muuuuy a mi pesar (porque ando muuuuy sola) y a pesar de ustedes (que no están ahí).
Hoy el nóumeno es más verde que nunca…croc –croc.

los 91 de vernant

El hombre trágico acumula en sí todos los sufrimientos y todos los horrores del mundo. De manera que el espectador es presa de terror y de compasión a la vez, pero al mismo tiempo (lo dice Aristóteles en la Poética) esos sentimientos de terror y compasión serán purificados, como malos humores que se expulsan.
Mediante la representación, con sus reglas -unidad, tensión de la intriga trágica-, esa enfermedad humana es presentada bajo una luz que la transforma en portadora de belleza. La emoción que se siente -terror y piedad- es purificada por la fuerza del ritmo y la poesía, ya que es trasladada a otro plano diferente de la vida cotidiana o de la experiencia personal. Y deviene espectáculo trágico, que revela hasta que punto la cadena de sucesos era probable y necesaria. El hecho de que ese encadenamiento sea puesto en escena para marcar a cada momento sus articulaciones reviste para el espíritu algo muy satisfactorio. Hay una inteligibilidad del destino y de la cuestión trágica que hace que uno salga de allí sacudido pero feliz: purgado.*


*Jean Pierre Vernant