lunes, 17 de agosto de 2009

catálogo

Esa película la vi embarazada de la ve…fue un eternice (finito), de desmiembre de rorros y consorte…aunque con madre es peliagudo aflojarse.
Cada una de las que asenté (sugiriendo) en la memoria cual plan pochoclero escalafonado a modo de programa seriado con catálogo de luxe (índice y repertorio registrado) sin censura ni juicios a priori, soy yo (suena ego pero es céntrico).
Nómina de minuta refritada con tarifa guía que tiene algo de scotch y natalí….color y corte es mi preferida…
Repasar rumiando ensimismada, filosofando conmigo misma la premeditación sin marearme, digiriendo la preconcepción desenfocada pero apuntando certera al corazón.
Esa miseria urgente de hambruna soberbia y despótica de verse retratada en ambición y músculo huesudo, como niña, como vientre, como novel, como diestra, como bohemia, como conclusión.
Recorriendo habitaciones como la bilingue que encontraba a sus otras bi sin pretéritos plus cuan perfectos.
Islotes de coordenadas variables e inseguras donde la iluminación es un soplo en la vocación que sugestiona y entusiama como una profecía de cerrazones que obnubilan a la pobre musa que Frost no desata.
Un toc taladrante de comedia musical, cantando postulados de perogrullo o puliendo para mitigar ramalazos de angustia.
Raciocinio de formalidades, sensiblerías y puntillo de rutina que mezclan, igualan y olvidan recordando al diario de silvia jones, devenida en indiana selva que toma al riesgo como desafío permanente y baila pedaleando el lago de los cisnes.
Con la mochila de alas, perdida y encontrada, en busca de eso que olvidó en alguna parte y el calmo caos que no acaba y corroe domesticando mientras el fine atraviesa el the end del final.