miércoles, 4 de febrero de 2009

origami

Ni las grullas de Sasaki podrían volar para concederme la templanza que provee de serenidad. Esa que (en mi) asedia pero no envenena.
El fluido que me sostiene anhela caprichoso. Si juraras que es el alivio, lo tomaría sin vacilar.
¡Promesas y juramentos! fascinan pero no seducen.
Destripan hasta deformar mi osamenta sin misericordia. Decapitan a placer porque no opongo resistencia.
Suspiro por los que disfrutan cándidos. Bienaventurados los cristalinos que alivian su equipaje y contemplan la inmesidad.
Hallarse volublemente en los bordes del papelito (como dice Michele) me agita, es permanecer en el canto filoso-fo de la arista…del artista?
Enfoco y desvío infatigablemente tratando de esquivar las simplezas.
Huir de la quema sirviéndome del humo y planear antes de lacrarme es hoy forzoso.