domingo, 22 de febrero de 2009

los 91 de vernant

El hombre trágico acumula en sí todos los sufrimientos y todos los horrores del mundo. De manera que el espectador es presa de terror y de compasión a la vez, pero al mismo tiempo (lo dice Aristóteles en la Poética) esos sentimientos de terror y compasión serán purificados, como malos humores que se expulsan.
Mediante la representación, con sus reglas -unidad, tensión de la intriga trágica-, esa enfermedad humana es presentada bajo una luz que la transforma en portadora de belleza. La emoción que se siente -terror y piedad- es purificada por la fuerza del ritmo y la poesía, ya que es trasladada a otro plano diferente de la vida cotidiana o de la experiencia personal. Y deviene espectáculo trágico, que revela hasta que punto la cadena de sucesos era probable y necesaria. El hecho de que ese encadenamiento sea puesto en escena para marcar a cada momento sus articulaciones reviste para el espíritu algo muy satisfactorio. Hay una inteligibilidad del destino y de la cuestión trágica que hace que uno salga de allí sacudido pero feliz: purgado.*


*Jean Pierre Vernant

No hay comentarios:

Publicar un comentario