Relajar para aflojar y disminuir el desgaste que daña el día y la noche sin distinción.
Calmar suavizando el ablande y desahogar paliando la mano de cal y arena que tranquiliza, tratando de no resquebrajar la confianza.
Ponzoña que no claudica y se envicia estropeando el desmadre anterior y la contaminación posterior.
Aflojar las riendas y entretener al dan animando lo cotidiano y brindando con alegria para fortalecer hasta endurecer y agarrotar el abrazo.
Encausarce ennobleciendo al pequeño que grita el dolor de ser y no ser sin que me de cuenta….aumentando la angustia de quien quiere y no puede y yo….sorda!
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