domingo, 4 de julio de 2010

poincaré

De las conjeturas que en San Petersburgo eran resueltas.
De los desvelos de Henri desde la france.
A la relatividad restringida (de la que soy presa fácil).
El caos en mi sistema determinista deviene en dinámica caótica de mandalas, que lejos del sánscrito, solo conducen al mínimo abc de la lengua scotchtiana.
Bureau de longitudes pototas que sin Ariadnas corren por los laberínticos círculos llevando la punta del ovillo enredada en las ideas del espacio topológico.
Sueños de parises grises y dorados en eternas estaciones de trenes postines: completamente destruidos.
Latido vacilante por la supresión entre rana y escorpión.
Dineros marranos.
Relevando picores y floreando poltronas.
Aquí estuvo Silvia Pool.
Cree que va a morir.
No tiene fe en los milagros.
Explotó verde.
Perelman le devuelve, le rebota en eco la repercusión de su consecuencia-reacción, respuesta al movimiento espantoso, contracción de choque y rechazo.
Reflexión de rata y contragolpe de lo que nunca quiso ser.
La pretensión de la obra.
Del espacio expositivo.
Del artist.
Veranos de nada
Chapas al viento
Olvidadas
Derruidas
Next seasson...

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