Ella se aletarga en nauseas provocadas por cacofonías monótonas y mutismos afónicos.
La gran bagal pretexta la cosecha simulando sequía y ciñe confesores acusados previamente, a hacer perjuros incluyèndolos en su martirio punzante de lamento incòmodo….
Aguanta exageradas memorias de crónicas y comentarios. Nos juzgamos y enjuiciamos procesando abstinencias. Invisiblemente distintas, algo así como noumeno y escorpión en constante fábula alegórica de quimera medieval hereje y con moraleja!.
Nones rigurosos de no querer experimentar deshiles que quisiera alumbrar, impropias y lejanas que bobamente alargan el vuelteo.
Su dasein esta asido a la costura y es ella misma quien no deshilvana.
Simone, Virginia, Susana y tantas otras alborotan desde el escaparate rinconero, pero ella solo da oídos de noche, a solas, en la impersonal madrugada, cuando nadie puede verla.
Bebe las palabras sin perder ripio mientras su guardia, batidor centinela, duerme.
Suspira sola.
Me pregunto.
Me abstengo.
Me rabia.
La gran bagal pretexta la cosecha simulando sequía y ciñe confesores acusados previamente, a hacer perjuros incluyèndolos en su martirio punzante de lamento incòmodo….
Aguanta exageradas memorias de crónicas y comentarios. Nos juzgamos y enjuiciamos procesando abstinencias. Invisiblemente distintas, algo así como noumeno y escorpión en constante fábula alegórica de quimera medieval hereje y con moraleja!.
Nones rigurosos de no querer experimentar deshiles que quisiera alumbrar, impropias y lejanas que bobamente alargan el vuelteo.
Su dasein esta asido a la costura y es ella misma quien no deshilvana.
Simone, Virginia, Susana y tantas otras alborotan desde el escaparate rinconero, pero ella solo da oídos de noche, a solas, en la impersonal madrugada, cuando nadie puede verla.
Bebe las palabras sin perder ripio mientras su guardia, batidor centinela, duerme.
Suspira sola.
Me pregunto.
Me abstengo.
Me rabia.
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