martes, 10 de febrero de 2009

conversaciones con mi jardinero

Siento un irrefrenable impulso de pintar cada vez que veo oleos y telas dando vueltas por la casa…persiguiendo las huellas del amo, tratando de encontrar su rinconcito piadoso.
¡A la mierda la pintura!, blasfema Del Pincel cuando se da cuenta que está parado frente al lienzo como una vaca viendo pasar un tren…
Cuando se pierde de vista el porqué estamos pintando…la naturaleza muerta se convierte en un cuadro para colgar en un restaurante vegetariano.
Del Jardín reconoce que consagrarse a la nada es monstruoso. No se es la vaca que ve pasar el tren sino la que se corre para que el tren pase.
La vocación dista de la elección.
El deseo es abrumador y avasalla contra los muros más altos y las chimeneas más densas.
¿Por qué el cansancio trae visiones apocalípticas?
Volver a las fuentes mientras llueve, antes de que amanezca, y tal vez, hasta poder encontrar la respuesta en las palabras del otro.
Apagar el play y quedarse a solas…volver a ser.
La libertad guiando el pueblo y el horizonte límpido y palpable.
La balsa de la medusa y la moraleja: una navaja y un poco de hilo pueden salvarte la vida.

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